Han pasado más de 100 años desde la Revolución Industrial pero hay algo que no ha cambiado en todo este tiempo para el colectivo de trabajadores y trabajadoras de todo el mundo.
¡Cobrar el salario!
Y el salario, sueldo, jornal, nómina o como quieras llamarlo es lo que cobras en contraprestación de tu tiempo, conocimientos, habilidades y esfuerzo. Es algo que has negociado al entrar en la empresa y que se traslada en un contrato.
Pero...
Para muchos, hablar de dinero, especialmente en el contexto de una entrevista de trabajo, puede resultar incómodo, incluso aterrador.
Sin embargo, negociar tu salario es una parte crucial del proceso y hacerlo de manera efectiva puede marcar la diferencia entre un sueldo que te satisfaga y uno que te deje con la sensación de estar infravalorado.
De hecho, ya hemos explicado en este blog que hay un momento en tu relación laboral con una empresa en la que no deberías aceptar un aumento de sueldo. ¿Ya sabes cuál? Pues léelo después de este artículo, porque te interesa.
Esta guía está dirigida especialmente a aquellos que se enfrentan a su primera entrevista o que experimentan temor, vergüenza o miedo a la hora de negociar su salario.
Te guiaremos paso a paso a través de este proceso, proporcionándote las herramientas y estrategias necesarias para abordar la conversación con confianza y obtener el resultado que deseas.
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¿Qué hacer antes?
1. Investiga el rango salarial para el puesto
Antes de siquiera pensar en una cifra, es fundamental investigar el salario promedio para el puesto y la industria en la que te encuentras.
Puedes utilizar herramientas online como Glassdoor, Indeed o inteligencias artificiales como ChatGPT o Gemini para obtener datos específicos sobre el rango salarial para tu puesto en tu ubicación.
Es conveniente preguntar a otras personas que trabajan en perfiles iguales o similares por sus niveles salariales (no necesitas un dato exacto pero sí un rango determinado).
2. Investiga los salarios en la empresa
Si es posible, intenta recopilar información sobre los salarios que ofrece la empresa en cuestión.
Puedes hacerlo a través de antiguos empleados, contactos en la empresa o incluso buscando anuncios de trabajo similares publicados por la misma compañía.
Investiga ofertas anteriores iguales a la que tú te presentas por si han indicado el salario ofertado. Averigua si es posible si hay personas que se han ido de la empresa porque consideraban que pagaban poco.
¿La oferta a la que te postulas es porque alguien se ha ido? ¿Y por qué se ha ido?
3. Define tu salario mínimo
Establece una cifra mínima por debajo de la cual no estás dispuesto a aceptar. Esta cifra debe basarse en tu investigación, tu experiencia, tus habilidades y el valor que puedes aportar a la empresa.
Insistimos, marca tu línea roja. Márcala y remárcala. Si tú no valoras tu conocimiento, habilidad y pericia, nadie más lo va a hacer. Recuerda que una empresa existe para generar una producción que vender a clientes y en el proceso, la diferencia entre el precio de venta final y el precio de producción -que lo establecen, entre otros, los salarios pagados- es lo que genera el beneficio para los accionistas.
Si te pueden pagar menos porque tú te valoras por menos, te pagarán menos. No es su culpa. Es tu culpa.
Pon líneas rojas. ¡Acuérdate!
4. Practica tu respuesta
Ensaya cómo vas a comunicar tu salario deseado. Practica con un amigo o familiar para ganar confianza y asegurarte de que tu respuesta sea clara, concisa y segura.
Por otro lado, ten confianza. Si has investigado los salarios medios, si ya has trabajado en otras empresas, si por casualidad conoces a alguien de dentro, si has establecido tus líneas rojas, siéntete en el absoluto derecho de comunicar lo que quieres cobrar.
Pero siempre después de que te digan lo que quieren pagar, nunca antes.
¿Qué hacer durante?
El mejor consejo para negociar un salario durante una entrevista de trabajo es hacerlo siempre después de que te comuniquen lo que te quieren pagar, nunca antes.
- Si pides menos lo establecerán como máximo e intentarán negociar a la baja.
- Si pides más te rechazarán muy probablemente por tus ambiciones salariales y porque estimarán que a la larga darás problemas por eso mismo.
1. El mejor momento para preguntar
En general, el mejor momento para hablar de salario es al final de la entrevista, cuando ya has tenido la oportunidad de demostrar tus habilidades y cualificaciones.
Sin embargo, si el entrevistador te pregunta sobre tus expectativas salariales al principio, no tengas miedo de responder con honestidad, siempre basándote en tu investigación previa.
Aunque puedes usar una cortina de humo como "tengo un mínimo por debajo del que no voy a aceptar el puesto" o "no es algo en lo que haya pensado aún con detenimiento, prefiero escuchar la oferta de la empresa".
Si el entrevistador insiste entonces es que pretende descartarte en función de tus ambiciones. Si te acorrala con la pregunta trasládale tu mínimo (tu línea roja) más un 20% ó 30% más. Por ejemplo, si tu mínimo es 1.000, entonces dile que aspiras a cobrar 1.200 ó 1.300, por ejemplo.
Los entrevistadores no son buenas personas, no están ahí para ayudarte. Están ahí para ayudar a la empresa. Si algún día te toca a ti entrevistar te darás cuenta de lo que decimos (y, además, serás por un momento una mala persona). Recuérdalo, no son tus amigos, son el obstáculo a superar.
2. Cómo negociar
- Comunica tu salario deseado con confianza y seguridad. No te disculpes ni te justifiques excesivamente.
- Ten preparados argumentos sólidos que respalden tu solicitud. Destaca tus habilidades, experiencia y logros que te hacen un candidato valioso para la empresa.
- Muéstrate flexible y dispuesto a negociar (por eso necesitas un margen). Es posible que no obtengas exactamente lo que deseas, pero puedes llegar a un acuerdo que te satisfaga a ambas partes.
- Un truco común es pedir un poco más de lo que realmente deseas, ya que esto te dará margen de maniobra para negociar, tal y como te hemos contado, pero queremos insistir en el asunto.
- Aclara si el salario que se está negociando es en 14 pagas al año o en 12 pagas con extras prorrateadas, si hay productividad, si hay beneficios extras, etc. Esto puede tener un impacto significativo en tu remuneración anual.
3. Utiliza el silencio
No tengas miedo de usar el silencio a tu favor. Después de presentar tu salario deseado, espera pacientemente a que el entrevistador responda.
Esto puede crear una sensación de presión y animarlo a hacer una contraoferta. Es recomendable aprender ciertas tácticas de negociación del área comercial. Un entrevistador siempre intentará estar en una situación de poder porque él tiene la llave que te dará acceso a lo que tú necesitas.
Pero si demuestras necesidad o ansiedad hará contigo lo que quiera, ofreciéndote a la baja, exigiéndote más por lo mismo y cualquier otra cosa que se le cruce por delante y le dé un trato favorable a la empresa.
Si el entrevistador sabe que tú eres la persona que la empresa necesita va a intentar conseguirte. Bajo ninguna circunstancia permitas demostrar ansiedad o necesidad. Mantén el control.
Para esto puedes practicar en casa jugando a hacer role plays. También te puedes presentar a entrevistas en empresas que no te interesan demasiado y usarlas para practicar.
No te avergüences por eso. La empresa no se avergüenza por apretarte a ti las clavijas.
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¿Qué hacer después?
1. Envía un correo electrónico de agradecimiento
Después de la entrevista, envía un correo electrónico al entrevistador agradeciendo la oportunidad. En este correo, reitera tu interés en el puesto y menciona el salario acordado durante la entrevista.
Este recordatorio servirá de pre-contrato. Es decir, que si el día que empiezas y firmas ves otras condiciones inferiores puedes remitirte a ese acuerdo hablado y confirmado por email. Si la empresa aún así quiere mantener las nuevas condiciones puedes decidir a renunciar.
Desde luego, ese gesto no habla muy bien de la empresa a la que te has postulado. Más bien al contrario, ten por seguro que estás delante de unos tahures y tramposos.
2. Investiga oportunidades de crecimiento
Si te gusta la empresa donde has empezado a trabajar, investiga cómo puedes mejorar tu puesto y salario. Investiga si hay oportunidades de ascenso, formación interna o programas de desarrollo profesional.
¿Qué formación específica puede añadir valor a tu perfil? ¿Cómo mejorar los procesos y tareas del puesto al que has accedido -y que se vea y se sepa que lo has hecho tú-?
Averigua sutilmente las condiciones de otras personas. ¿Puedes mejorar hasta el mismo nivel? ¿Qué han hecho para conseguirlo?
Y, sobre todo, no desplaces a nadie, no actúes en contra de otros compañeros y compañeras, no asciendas hundiendo a otras personas.
Así no, por favor. Eres buena persona, no te manches con fango.
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Consejo final sobre negociación salarial
Recuerda que negociar tu salario es un derecho, no un privilegio. No tengas miedo de defender tu valor y luchar por lo que mereces.
Con preparación, confianza y las estrategias adecuadas, puedes lograr un salario que te satisfaga y te permita alcanzar tus metas profesionales.
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