El trabajo es salud (por Froilán de Lozar)


A veces, quienes aconsejan un camino, como algo seguro, para salir de un mal momento, están probándose a sí mismos. Ese es el presente caso. Soy parte de ese grupo atormentado.

Aunque no soy artista de escaparates ni de escenarios, entiendo que Ángel me considera parte de ese círculo, lo que viene a reforzar el pensamiento de familiares y de amigos.

Y ya que estamos sobre este escenario, dejemos claro que no nos resignamos a ser un número más, a cobrar un subsidio para siempre, a jubilarnos antes de los 65 años; ni después, porque tampoco estamos a favor de alargar más de ese tiempo la jubilación...

Es evidente que los mayores lo tenemos más crudo, pese a todas las propuestas y planteamientos que nos apoyen. Es más, creo que hay una confabulación secreta para que, si a cierta edad fracasa tu negocio, o cierra tu empresa, no encuentres ninguna puerta abierta. No te lo dicen a voces, ni está escrito en ninguna parte, pero para mí que hay una especie de "acuerdo" para jubilar a la gente, que cobren lo mínimo para vivir ajustaditos o, malvivir, que de todo hay en la viña y de ese modo aumentar considerablemente la cesta de los ricos. Porque después de tantos años algo sabemos que era cierto: Los pobres serán más pobre y los ricos más ricos...

Pero ya digo que no queremos regalos, ni milagros, ni una jubilación anticipada.

Queremos que se nos tenga en cuenta, que se nos escuche, queremos que se nos ponga a prueba.

Ese es básicamente el mensaje que hoy lanzo en este blog. Un mensaje que sólo entenderán de verdad aquellos que han pasado por la dura experiencia de un despido, o aquellos que encontrándose capacitados y con fuerza todavía, encuentran cerradas todas las puertas.


el trabajo es salud

Froilán de Lózar es escritor, periodista y activo bloguero, responsable de la existencia de cinco magníficos bitácoras de muy recomendable lectura:

  • Curiosón, un artículo cada día sobre curiosidades de todo tipo;
  • Vuelta a los orígenes, indispensable recopilación de su columna en el Diario Palentino;
  • La madeja, de indispensable y pausada lectura;
  • Los orígenes, una recopilación de sus escritos desde 1983;
  • y, por último, por ahora, Revista Pernía, una recuperación de esta publicación literaria editada por este buen amigo entre 1983 y 1988.

Además es fundador y uno de los cuatro administradores de Chupitos, un proyecto donde colaboramos casi 50 blogueros. Y como si resultara poca actividad, forma parte de Internet no muerde: periodistas en tiempos de migración.

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