Llegas puntual a la entrevista, estás nervioso. Has hecho tus tareas, tienes claras tus ideas, todo va sobre ruedas. Hay posibilidades. Y en un momento determinado te dicen "no, lo sentimos". Tus expectativas se hunden. Sientes que tu esfuerzo no ha servido para nada.
¡En absoluto! Lo primero es llevar tus impresiones y tu experiencia a tu diario de búsqueda de empleo de manera detallada.
Lo segundo es "procesar" ese no. Objetivizarlo. ¿Por qué se produce? ¿Qué significa? Evita las actitudes pesimistas y centra tu atención en una visión optimista de la situación. Entiende que, objetivamente, ese "no" significa que para el entrevistador, a través de un intento de acercamiento objetivo, pero tomando una decisión subjetiva basada en su propia experiencia, considera que tu perfil no se ajusta a lo ofertado o bien que hay otro perfil que se ajusta más que el tuyo.
No hay más explicaciones.
Nadie te ha "rechazado". Sentirse hundido o fracasado es producto de una construcción mental propia que parte de nuestra inseguridad personal (esa que todos tenemos en mayor o menor grado, lo reconozcamos o no).
Así que una vez que has procesado la experiencia narrándola en tu diario y te has dado perfecta cuenta de que no estás ante un ataque personal, que no tienes que defenderte de nada y ni muchísimo menos hundirte o sentir que has fracasado, entonces viene el tercer paso. Ahora tienes que aprovechar la oportunidad para aprender a fortalecer los puntos más débiles en tu formación o carrera profesional.
Puede ocurrir que ese no haya venido por una deficiencia en titulación. Eso no significa que se infravalore tu experiencia o conocimientos teórico-prácticos adquiridos con los años. Te cuento mi caso particular.
Tengo dos titulaciones. ¿Impresionado? Quizás no tanto si añado que son dos titulaciones de la "vieja" Formación Profesional de Segundo Grado que me definen como Técnico Especialista en Informática de Gestión y en Electrónica Industrial. ¿Un FPII? ¡Quién lo diría! ¡Y con mucho orgullo!
(Lo que se nos valoraba hasta no hace muchos años y ahora competimos codo con codo con una amplia masa de licenciados y diplomados en Informática. Pero así son las cosas.)
A mi favor cuentan 20 años de experiencia trabajando en el sector (desde diciembre de 1989). En mi caso particular siempre potencio en mi currículum la experiencia antes que la formación pero aún así hay ofertas en las que de manera invariable tener o no tener un titulo universitario supone la diferencia. Para mí, personalmente y porque me veo afectado, claro, creo que es un error de la empresa y del seleccionador hacer ese corte a priori. Pero no voy a cambiar el mundo yo solo.
¿Verdad? (¿O sí?)
Así que ese es mi "no" habitual. ¿Qué hago? Primero he racionalizado el motivo y encontrado la fuente. Ahora busco alternativas. La primera resolver el problema matriculándome en la UNED y obteniendo mi título universitario pero eso implica invertir una serie de años en una formación estandarizada muy alejada de la realidad profesional (por ejemplo, formación como community manager, mi actividad principal en la última década).
La otra alternativa es seguir formándome en perfiles profesionales punteros, áreas de actividad que me gustan y apasionan y dando prioridad a mi experiencia en las entrevistas. Seguir intentándolo, una y otra vez, el tiempo que sea necesario.
Si en mi caso no tuviera titulación de FPII, buscaría como solución las acreditaciones profesionales que me podrían facilitar un título equiparable que convalidaría mi experiencia con ese grado académico, sin embargo no existe lo mismo para acceder a una acreditación de nivel universitario (mi caso particular).
Éste es el proceso individual, personal, que cada uno debe de seguir para asimilar, procesar y reutilizar ese "no" que, a poco que nos descuidamos, nos hunde en una terrible frustración. Es lo que se llama aceptación del fracaso.
Una manera de enfocar una situación contradictoria y no deseada para darle la vuelta y sacar el máximo partido a la situación.
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