Me jubilo, dios o el sino ateísta mediante, no sé si dentro de 27 ó 29 años, según si sale adelante lo de ampliar la edad de jubilación.
Yo, no digo ni que sí ni que no, porque no tengo una bola de cristal para asegurar qué es lo mejor, pero me hago preguntas. Si las tendencias poblacionales continúan es probable que en ese momento, de mantenerse la situación actual, casi haya un "pasivo" (funcionarios + jubilados + desempleados) por cada "activo" (trabajador de la empresa privada).
En ese momento, con qué recursos se pagará mi pensión. Quizás pueda encontrarme en una sociedad que me jubila oficialmente a los 65, con una pensión mísera que me obligue a seguir trabajando en la economía sumergida para poder subsistir.
Y, por otro lado, me pregunto qué curioso motivo impulsa a los sindicatos a movilizarse ante una propuesta de reforma, una propuesta lanzada al aire con la intención de ser evaluada a través del dialogo y, sin embargo, permanecen impasibles, inamovibles contra la falta de acción frente a un desempleo que va camino del 20% a nivel nacional por parte de unos políticos, de derechas e izquierdas, que pierden un tiempo precioso en disquisiciones estúpidas e inútiles, haciendo ya pre-campaña a dos años vista de las próximas elecciones.
Preguntas, eso es lo que tengo. Ni tambor ni pancartas ni micrófonos ni tarimas ni una cámara enfocándome. Sólo preguntas, eso es lo que tengo.
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