Los más jóvenes no recordarán que era eso de la prestación social sustitutoria, concepto usado en la época del servicio militar obligatorio para definir las obligaciones de aquellos que optaban por la objeción de conciencia. En su momento fue muy criticada y combatida a través de la insumisión.
Sé que lo que voy a proponer no va a ser de gusto de muchos pero no lo hago con el afán de imponer, sino de buscar alternativas. Creo que a nadie sorprendemos si reconocemos que nuestro país es... latino... que la picaresca, el todo gratis y el buen vivir o, mejor dicho, vivir a costa de, forma parte de nuestro día a día.
Sí, ya sé que tú, que me estás leyendo, no entras dentro de esa definición, pero también sé que me reconocerás que conoces a uno, o muchos, que sí entran en la definición.
¿Qué es lo que planteo?
Los servicios sociales de las administraciones locales, mayoritariamente ayuntamientos, pero también cabildos y comunidades autónomas, están sufriendo graves recortes presupuestarios que están afectando a sus beneficiarios, quienes en última instancia son el eslabón más débil de la cadena social.
Mujeres maltratadas, adictos de todo tipo, niños en situación de desamparo, sociedades y asociaciones de apoyo a muchos y diversos problemas, ven como, de un mes para otro, se quedan sin la posibilidad de prestar parte, o todo, el servicio y asistencia social que realizaban.
De otro lado tenemos una ingente cantidad de personas que, lamentablemente y muy a su pesar, salvo excepciones, están en situación de desempleo, pero cobrando un subsidio o una prestación que les/nos corresponde en derecho.
No quiero decir que un parado que cobre una ayuda deba emplear 5 días a la semana, 8 horas diarias, a realizar una prestación social sustitutoria como forma de aportar a la sociedad aquello que recibe. No, no se trata de eso.
Sin embargo, sí que podría dedicar un número de horas, tal vez 5 ó 10, a la semana, para intentar solventar en la medida de lo posible el trágico y terrible impacto que la crisis impone a los servicios sociales.
La situación ideal sería que esto se desarrollase a través del voluntariado, pero no nos engañemos... somos latinos.
¿Qué te parece la propuesta?
Lo dicho, se busca discutir, intercambiar opinión, debatir alternativas. Nada más. Si no te gusta la idea, razónalo (por favor), que insultar sabemos todos, es lo más fácil. Y si te gusta, razónalo también (por favor).
Y gracias por participar.
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