Coaching: aprender a gestionar conflictos


Artículo publicado en el blog de Raquel Ferrari, "Coach & Cambio", hoy desaparecido, el 28 de enero de 2010, que a su vez extraía y resumía la información del libro "Tienes 3 minutos" de Bellino R. y publicado por Gestión 2000.


aprender a gestionar conflictos

Si juntas  dos  o más personas durante un período mayor a dos días es casi inevitable que surja algún conflicto, esto no es raro ya que el conflicto es una consecuencia natural de la interacción humana. Cuando la gente se enfrenta sobre algún tema puede llevar la cuestión hasta el punto de dejar de comunicarse.

Los malentendidos pueden ser productivos y generar un diálogo que lleve a nuevas ideas. No obstante cuando los conflictos evitan cambios y destruyen la esencia de la relación sea personal, pedagógica o laboral es necesario saber como controlarlos a tiempo:

  1. Buscar objetivos comunes:

    Recordar qué nos hizo unirnos y no solo lo que nos separa. Volver a identificar el para qué: el objetivo común es la manera de salir del encierro del conflicto; vale tanto para una pareja como para una familia o un equipo deportivo o laboral.

  2. Desmenuzar el conflicto:

    Identificarlo, ponerle cara y ojos.

  3. Conseguir consenso:

    Los objetivos se tienen que compartir pero los medios para conseguirlos pueden variar, llegar a un consenso es el primer paso para rescatar al menos una razón, un objetivo en común.

  4. Ejercer unos mínimos de buenas maneras:

    Las exigencias rápidas, la falta de trato y la hostilidad son contagiosas.

  5. Mirar más allá del problema:

    A veces solo es una cuestión de perspectivas, busquemos otro punto de vista.

  6. Sentar las bases para un acuerdo:

    Compartir un punto de partida manteniendo las diferencias  de opinión sobre el problema.

  7. Mantener la confidencialidad:

    Ni en una pareja, una familia, un equipo de trabajo va bien el compartir a gritos las cuestiones básicas del desacuerdo.

  8. Evita la hostilidad:

    Ser cuidadoso cuando se habla, evitar las descalificaciones innecesarias, no sirven las actitudes peleonas o sarcásticas.

  9. Enfatizar los aspectos positivos:

    Si los hay, mejor.

  10. Mantener el buen rollo:

    Hablar con franqueza, sin tonos amenazantes, de una forma abierta y honesta puede prevenir problemas futuros.

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