En caso de pasar por una situación de despido, que éste sea reconocido o no como improcedente en su carta de comunicación puede solucionarte mucho o complicarte algo las cosas.
Si el empresario te despide y en la propia comunicación (carta) reconoce su improcedencia y te oferta una indemnización, caso de estar de acuerdo y firmar el citado escrito, pero sobre todo al recoger el cheque o aceptar su ingreso en cuenta, lo que te queda es tramitar tu situación de demandante de empleo y solicitar el subsidio pertinente, si se da el caso.
(Y a tirar pa'lante, porque no queda otra alternativa.)
Si no se reconoce esa improcedencia entonces hay que ir al acto de conciliación en la Sección (o Unidad o Servicio) de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SEMAC o SMAC, según tu comunidad de residencia).
El empresario, por lo general, para evitar el pago de los salarios de tramitación, es decir, tener que pagar los sueldos entre la comunicación del despido y que éste se hace efectivo, bien en el momento de la conciliación o, si va más allá, tras la sentencia del Juzgado, lo que hace es ingresar la indemnización que marga la normativa vigente en el Juzgado de lo Social que corresponda.
Sin embargo, aún hay discusión jurídica sobre si se puede paralizar o incluso anular el pago de los salarios de tramitación, ya que diversas sentencias indican lo contrario.
El despido improcedente se configura como una figura jurídica de gran relevancia en el ámbito laboral, al amparar a los trabajadores frente a decisiones empresariales carentes de fundamento legal. En este contexto, resulta crucial comprender las características que definen este tipo de despido, así como los mecanismos legales existentes para su reconocimiento y defensa.
Reconocimiento del despido improcedente: un análisis legal
Definición y características
Un despido se considera improcedente cuando no se ajusta a las causas legalmente establecidas en el Estatuto de los Trabajadores (ET). Algunas de las causas que pueden dar lugar a la calificación de un despido como improcedente son:
- Ausencia de causa legal: El despido no se basa en ninguna de las causas tasadas en el ET, como causas objetivas (económicas, técnicas, organizativas o de producción) o disciplinarias.
- Falta de forma: No se cumplen los requisitos formales exigidos para la comunicación del despido al trabajador, como la entrega de una carta de despido con la suficiente antelación y la expresión de la causa del mismo.
- Improcedencia de la causa: La causa alegada por la empresa no se ajusta a la realidad o no está suficientemente justificada.
Consecuencias del despido improcedente
La principal consecuencia del despido improcedente es la obligación del empresario de readmitir al trabajador en su puesto de trabajo, con las mismas condiciones que tenía antes del despido.
En caso de que la empresa no opte por la readmisión, deberá abonar al trabajador una indemnización equivalente a 33 días de salario por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades.
Reconocimiento del despido improcedente
El reconocimiento del despido improcedente es un proceso que se lleva a cabo en el ámbito judicial. El trabajador que considere que ha sido víctima de un despido improcedente tiene derecho a impugnarlo mediante la presentación de una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) que en España dependen de las Comunidades Autónomas.
Si la conciliación no prospera, el trabajador podrá iniciar un proceso judicial a través de la demanda de despido.
Carga de la Prueba
En el proceso judicial, la carga de la prueba recae sobre la empresa. Es decir, la empresa deberá demostrar que el despido se ajusta a las causas y requisitos legales establecidos.
En caso de que la empresa no logre acreditar la procedencia del despido, el juez declarará el despido como improcedente y condenará a la empresa a readmitir al trabajador o a abonarle la indemnización correspondiente.
Jurisprudencia
En materia de despido improcedente, la jurisprudencia del Tribunal Supremo ha establecido una serie de criterios que son utilizados por los jueces para determinar la procedencia o improcedencia de un despido. Algunos de estos criterios son:
- La valoración de la causa del despido: El juez analizará si la causa alegada por la empresa es real y suficiente para justificar el despido.
- La proporcionalidad de la medida: El juez valorará si la medida de despido es la adecuada y proporcionada a la causa que la motiva.
- El cumplimiento de los requisitos formales: El juez verificará si se han cumplido los requisitos formales exigidos para la comunicación del despido al trabajador.
Referencias:
El reconocimiento del despido improcedente constituye un mecanismo legal fundamental para proteger a los trabajadores frente a decisiones empresariales arbitrarias e injustificadas.
La existencia de un marco legal claro y la jurisprudencia consolidada en la materia permiten garantizar los derechos de los trabajadores y asegurar que las empresas actúen en el marco de la legalidad.
- Estatuto de los Trabajadores
- Despido improcedente, Adrián Vidal Batiste Abogados.
- Despido disciplinario reconociendo la improcedencia, IberLey.
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