Parado no, demandante de empleo: un cambio necesario

Cuando decidí crear un blog que sirviera como "desahogo", si así puede decirse, a una situación que para muchos no tiene nada de cómoda, le di muchas vueltas a su título dentro de una misma idea.

Quería poner en la cabecera la palabra "parado", tachada, y debajo "demandante de empleo".

Cuando en España se habla de "parados" se hace despectivamente, aún cuando sea de manera inconsciente. Esta palabra que etiqueta a aquellos que se han quedado sin trabajo (o a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral) y que buscan empleo es, definitivamente, despectiva.

La palabra, nuestro vocabulario, interfiere y proyecta nuestro comportamiento y nuestra manera de ser. Etiquetarnos a nosotros mismos como parados nos convierte, literalmente, en parados.

Yo no soy un parado.

Yo soy un demandante de empleo.

Soy un trabajador cuya función, ahora, es buscar un puesto de trabajo, un empleo.

De "parado" a "demandante de empleo": un cambio necesario

La palabra "parado" se utiliza con frecuencia para referirse a una persona que se encuentra en situación de desempleo. Sin embargo, este término tiene connotaciones negativas que estigmatizan a quienes se encuentran en esta situación.

En su lugar, se propone el uso del término "demandante de empleo", que ofrece una visión más precisa y positiva de la realidad de estas personas.

Razones para el cambio:

• Estigmatización: La palabra "parado" tiene una connotación negativa que puede generar discriminación y aislamiento social.
  
  Implica una visión pasiva de la persona, como si no estuviera haciendo nada para encontrar un empleo.

• Actitud proactiva: "Demandante de empleo" refleja la actitud proactiva de las personas que buscan activamente un trabajo.
  
  Enfatiza su deseo de trabajar y su disposición para ello.

• Precisión: El término "parado" no distingue entre diferentes situaciones dentro del desempleo.
  
  "Demandante de empleo" abarca a quienes buscan un trabajo por primera vez, a quienes han perdido su empleo y a quienes buscan uno mejor.

• Inclusión: "Demandante de empleo" es un término más inclusivo que no discrimina por edad, género, origen o cualquier otra condición.
  
  La elección de una persona para cubrir un puesto de trabajo debería estar centrada en sus capacidades en cuanto a habilidades y conocimientos. La edad, el género o quién es la persona no debería ser evaluado por parte de las empresas, por una cuestión de respeto e inclusividad.

• Beneficios: El cambio de terminología puede tener un impacto positivo en la autoestima de las personas desempleadas, motivándolas en su búsqueda de empleo.
  
  También puede mejorar la percepción social del desempleo y fomentar la inclusión.

Objeciones y soluciones:

• Costumbre: El uso del término "parado" está muy arraigado en la sociedad. Es necesario un esfuerzo consciente para cambiarlo.

• Percepción: Algunas personas pueden percibir el término "demandante de empleo" como demasiado técnico o formal.

Soluciones:

• Campañas de concienciación: Informar a la sociedad sobre las connotaciones negativas de la palabra "parado" y las ventajas de usar "demandante de empleo".

• Uso del lenguaje inclusivo: Fomentar el uso del término "demandante de empleo" en los medios de comunicación, las instituciones públicas y las empresas.

• Educación: Incorporar el debate sobre la terminología del desempleo en los programas educativos.

Resumiendo: cambia tu vocabulario

El cambio de "parado" a "demandante de empleo" es una medida necesaria para combatir la estigmatización del desempleo y promover una visión más positiva e inclusiva de quienes se encuentran en esta situación.

Este cambio, junto con otras medidas, puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas desempleadas y facilitar su reinserción laboral.

Recuerda: El lenguaje tiene un gran poder para influir en la percepción de la realidad. Usemos palabras que transmitan respeto y dignidad a todas las personas, independientemente de su situación laboral.